Revista Amiga | Mayo
Aunque se trate de un nombre poco común localmente porque procede del hindú, Owana, que significa “princesa halcón”, es un nombre memorable para quienes tienen gusto por las prendas de vestir llamativas y elegantes, pero con un toque atrevido. L Owana POR ASTRID MORALES FOTOS JUAN DIEGO GONZÁLEZ TRABAJAR CON LOS ARTESANOS LOCALES Y PODER APRENDER DE PRIMERA MANO DE ELLOS ACERCA DE LA CULTURA DE NUESTRO PAÍS ES UN PRIVILEGIO”. MIS MEJORES ASESORES EN CUANTO AL TEMA TECNOLÓGICO, SON MIS HIJOS”. Lima: a infancia y adolescencia de esta diseñadora de moda transcurrieron en la zona 1 de la Ciudad, pero su padres la llevaban junto a sus dos hermanas menores al interior del país continuamente. “Íbamos mucho a Antigua, Panajachel y a la playa. Recuerdo que a mi papá siempre le ha gustado ir a los mercados y comprar artesanías. En lugar de cuadros, en la casa teníamos exhibido uno de esos ponchos que pican mucho” dice entre risas. Con un padre originario de Antigua Guatemala, con gusto por el dibujo y el arte, los textiles y las tradiciones guatemaltecas, y una madre que trabajaba en un taller de costuras de zapatos de bebé, ahora Owana mezcla su interés por la cultura local con sus destrezas manuales para realizar los diseños que la han convertido en un referente de la moda cuyo trabajo es reconocido nacional e internacionalmente. “Mi trabajo se caracteriza por ser versátil. Busco evitar la fast fashion pues fabricar ropa de forma acelerada y a bajo costo tiene graves impactos ecológicos, además de que claramente el resultado no son piezas duraderas”. Otro de sus objetivos es diseñar para todo tipo de cuerpos pues comenta que cada uno tiene una belleza que puede ser potencializada. ENCONTRAR LA VOCACIÓN Asegura que el camino no fue sencillo ni inmediato. Ingresó a la universidad para estudiar medicina, pero se dio cuenta de que no era lo suyo. Luego se trasladó a la facultad de ciencias jurídicas y sociales, pero tampoco se sintió plena. A eso le siguieron estudios en administración de hoteles y restaurantes, cocina, diplomacia y relaciones internacionales. Finalmente, a sus treinta y cinco años e impulsada por el gusto por la moda que la caracteriza desde que tiene memoria, decidió formarse como asesora de imagen personal y luego como personal shopper, para apoyar a sus clientes al momento de elegir y comprar objetos de todo tipo. Tener la sensación de estar completamente a gusto, sin sentir que los compromisos de su nueva carrera implicaban presión y estrés, sino que se trataba de una actividad entretenida y emocionante, hizo que en ese momento Owana supiera que estaba en el lugar correcto. La reconocida frase del pensador chino Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida”, finalmente tuvo sentido para la diseñadora. LA FAMILIA, UN TRABAJO EN EQUIPO Owana tiene tres hijas y un hijo. “Casarme joven fue un reto porque estaba acostumbrada a estar en mi casa y luego repentinamente tuvimos que hacernos cargo de muchas cosas con mi pareja. Sin embargo el trabajo en equipo y vivir día a día hicieron que el proceso fuera más sencillo”. Por supuesto, a pesar del optimismo, ser madre, estudiar, trabajar y también dedicar tiempo a su relación y a su hogar implicó algo que la diseñadora no califica como “sacrificios” sino como mera organización de tiempo y de poner de su parte para mantener todo en equilibrio. Cuenta que cuando empezó en el mundo del diseño de moda estaba todo el día en su casa y aprovechaba las mañanas cuando sus hijos “ “DEBES HACER LO QUE AMAS” PERSONAJE 20 Actualidad
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